Raúl Schüler llega a un acuerdo con la Justicia y podrá cumplir su pena en libertad vigilada, luego de ser sorprendido con más de 49 piezas de interés histórico, reportadas como robadas, en su poder.

En noviembre de 2019, el Ministerio Público solicitó que se realizará un juicio abreviado contra Schüler, luego de que se lograra un acuerdo por una pena no efectiva de cuatro años.

El juez Rubén Donoso acogió dicha solicitud y determinó que se realizará una audiencia de reformalización el próximo 3 de marzo. Además, se acordó un arreglo $ 50 millones para reparar el mal causado, $ 12,4 millones correspondientes a tres multas y la devolución de piezas históricas.

El empresario declaró en diciembre del año pasado en la Fiscalía Regional de Rancagua, luego de que se encontraran más de 49 piezas patrimoniales, entre ellas la escultura “La República” y “Polimnia”, la primera desaparecida desde 2003, en un fundo de su propiedad en la comuna de San Francisco de Mostazal.

En su defensa, señaló que las primeras piezas fueron compradas entre 1984 o 1985 en remates y luego conoció a antiguarios que le vendían otras piezas, y entregó los nombres de 15 vendedores, que le habrían vendido las esculturas.

“He gastado una brutalidad de dinero comprando todas estas cosas. Tenía un proyecto de vida y una de mis maneras de sentirme realizado era dejar todo esto como herencia, encuentro que en este país destruyen todo, no hay memoria de nada. Yo quería conservar este patrimonio arquitectónico rural para el país”, señaló durante su declaración.

El empresario arriesgaba una pena de más de cuatro años luego de ser imputado por los delitos de receptación, infracción a Ley de Monumentos Nacionales y a la Ley de Control de Armas.

Gracias al acuerdo el hombre podrá cumplir su pena en libertad vigilada, tras la decisión del Ministerio Público de determinar la imposibilidad de imputar objetivamente a Schüler los daños que presentaban otras obras, además de la escultura de “La República”.

Sobre dos candelabros y dos cofres de plata que pertenecían al Museo San Francisco, se determinó que las cuatro piezas no tenían la calidad de monumento.