La población chilena ha sido golpeada duramente por situaciones consecutivas que la han sometido a un cuadro de estrés, desgaste emocional e incertidumbre. Cuando se pensaba que en marzo la sociedad retomaría sus quehaceres habituales, post estallido social de octubre, llegó el primer caso de Coronavirus al país y con ello todas las consecuencias de la pandemia que afecta al mundo entero. Ante ello las personas volvieron a sufrir un desajuste en su cotidianidad, lo que sin duda tiene y tendrá efectos en su salud mental.

La académica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca y presidenta de la Asociación Chilena de Estrés Traumático, Nadia Ramos Alvarado, señala que hay varios elementos a considerar cuando se piensa en el comportamiento de algunas personas, quienes pese a los riesgos siguen saliendo de sus hogares no respetando el distanciamiento social.

En primer lugar, apunta a la autoridad sanitaria y señala que se han cometido errores comunicacionales: “aparecen cosas contradictorias, por ejemplo, que vamos a comenzar con una nueva normalidad donde hay que volver al trabajo y, por otro lado, aparecen más comunas en cuarentena en Santiago”.

La psicóloga advierte que estas señales son difíciles de comprender y que dan una sensación de falsa seguridad en el contexto actual de la pandemia.

El aislamiento es otro elemento a considerar, puesto que este produce sintomatología y malestar, por lo que la experta considera que “a la primera oportunidad en que se entregue información de la reapertura de un mall, es una señal que uno les está dando a las personas que pueden asistir a estos lugares sin problemas”.

El contacto físico también es vital en este desarrollo emocional. Sumado a esto, la académica asume que hoy existe un desgaste mental y por esta razón, esta suerte de escape del hogar “les brinda a las personas un espacio diferente al confinamiento, donde pueden salir y saludar a otras personas […] porque también hay una necesidad intrínseca de conectarme con el otro”, explica.

Para la doctora, desde el estallido social ocurrido en octubre pasado la población chilena ha cargado con un estresor y agrega que “si veníamos de estar exponiéndonos constantemente a marchas y ruido, ahora tenemos que volcarnos al interior de nuestras casas como medida de resguardo en un contexto en que además, es primera vez en la historia de la humanidad que estamos enfrentados a esto”.

La presidenta de la Asociación Chilena de Estrés Traumático asume que hoy las personas se están viendo afectadas en su salud mental, por lo que indica que es probable que haya un incremento en las consultas de atención psicológicas.

La experta enfatiza que “la sociedad se ha expuesto a muchos estresores, por lo que hay un desgaste emocional significativo, sin embargo, hay conductas que pueden ayudar a cuidar la salud mental”.

Lo primero es tener claro que la situación actual es nueva, única y que va a costar un tiempo en adaptarse. Como cualquier cosa necesita un ajuste: “si bien estamos en confinamiento, eso no significa perder los vínculos. Es importante mantenernos en contacto con nuestros seres queridos por video llamada o por teléfono”, señala la psicóloga.

Por otro lado, la académica manifiesta la importancia de tener rutinas de cuidado, como por ejemplo, realizar respiración consciente o introducir a una técnica de relajación diaria; “nos ayudan a mantener y regular nuestras emociones y, a pesar que hayan estresores, podamos manejar nuestro sistema para poder funcionar adecuadamente”, concluye.