El General Director de Carabineros, Mario Rozas, realizó este miércoles una cuenta pública de la institución del período enero a diciembre de 2019 y que fue dada a conocer por redes sociales, en la que también se dieron cuenta de cifras relacionadas al estallido social.

Según detalló Rozas, desde el 18 de octubre de 2019, se han registrado más de 313 ataques a cuartales y más de 3 mil funcionarios lesionados, de acuerdo a información consignada por Radio Bío-Bío.

“Desde el 18 de octubre y hasta el 31 de diciembre de 2019, se registró 9.000% más de eventos que en el mismo periodo de 2018″, donde se detuvo a más de 19 mil personas por desórdenes y saqueos, explicó la autoridad.

Además 642 vehículos se vieron afectados por ataques con fuego, piedras y armas. En tanto, 3.184 carabineros resultaron con lesiones, el 15% de gravedad.

Respecto de los cursos de acción, habló de tres áreas fundamentales: estructural, funcionamiento y medios tecnológicos: “Con esta planificación pretendemos aumentar la eficiencia de la acción policial, propiciando mejores resultados estratégicos”, aseguró.

OPERATIVOS

Entre varios temas, el general director también se refirió a la implementación de la división por Macro Zonas Norte, Centro y Sur, donde, a su juicio, se logró una mejor coordinación y flujo de información que permitió la detención de 470 mil personas por diversos delitos y de éstas, 36 mil corresponden sólo a delitos de robo, incautándose más de 2 mil armas y recuperándose 25 mil vehículos que tenían encargo por robo.

Asimismo se sacó de circulación más de 11 toneladas de drogas en controles realizados en distintas líneas, en un trabajo en conjunto con la PDI y el Ministerio Público.

También en 2019 se realizaron más de 11 millones de controles y fiscalizaciones, de las cuales, el 48% correspondió a controles de identidad de personas y el 43% a vehículos, las restantes se realizaron a negocios con venta de alcohol, entidades bancarias y comerciales.

En los controles de identidad se detuvo a más de 100 mil personas por tener órdenes vigentes o estar en condición de flagrancia por cometer un delito.