El Humedal El Yali recibió la grata e inédita visita de casi 400 flamencos que se dejaron ver en el sector sur de la comuna de Santo Domingo, debido principalmente a las últimas lluvias que se registraron en la zona centro del país.

Si bien este ejemplar, Phoenicopterus chilensis, viene todos los años a este lugar de la provincia de San Antonio, las últimas ocasiones no superaba la docena o, de forma muy extraña, llegaba solo hasta los 100 individuos.

José Luis Brito, director del Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio (Musa), cuenta que “hace más de 15 años que no había llegado al humedal un grupo tan grande como ahora con unos 400 flamencos solo superado por un número levemente superior a fines de los 90. Ahora los ejemplares se encuentran divididos entre el Embalse Los Molles, Las Salinas el Convento y en la desembocadura del Yali”.

Estas llamativas aves que comienzan a llegar en mayo, se quedan solo en la época de invierno para comenzar su retirada en la primavera hacia sus sitios de nidificación, por lo tanto, desaparecen aproximadamente en septiembre. “Hay muy pocos casos en que se quedan todo el año en el Yali, que corresponden a juveniles que no tienen ninguna posibilidad de reproducirse”, indica el encargado del Musa.

La pregunta que surge es de dónde vienen, sin embargo, Brito señala que no conocen esta respuesta, ya que solo existen hipótesis acerca del lugar desde donde podrían llegar. “Hay una población en el norte altiplánico en San Pedro de Atacama, y otro grupo en Bahía Salada, al este de Copiapó. Pero también se encuentran en otra zona en Magallanes, en el sur. O incluso podrían venir desde Argentina porque también ahí se encuentra esta especie”, explica.

El historiador especialista en fauna silvestre y en la conservación de humedales, advierte que la permanencia de los flamencos en este sector peligra, ya que están detectando “algo que los ha estado asustando y se han estado marchando. Probablemente sean perros que vienen con la llegada de muchas personas al Yali en los últimos años, debido a que como ha estado seco se han vendido terrenos. Esto hace daño a la fauna y el panorama es sombrío”, alerta Brito.