El Papa pide superar “nacionalismos cerrados” para asegurar acceso a vacunas
El Papa ha pedido superar los “nacionalismos cerrados” e ir más allá de la “lógica del mercado” para lograr que haya un acceso universal a las vacunas contra el COVID-19, que privilegie sobre todo a los “más vulnerables”.
“Que todos tengan garantizado el acceso a las vacunas y a los tratamientos. Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos en la misma barca”, ha reivindicado el pontífice durante el ‘Urbi et Orbi’, en el que ha remarcado que la pandemia ha agravado la situación precedente de “crisis ecológica” y “graves desequilibrios” económicos y sociales.
Después del rezo del Ángelus, el Papa ha impartido la bendición del día de Navidad que incluye la indulgencia plenaria en la manera establecida por la Iglesia, retransmitido en directo por Internet así como por televisiones y radios de todo el mundo.
El ‘Urbi et orbi’ de este año ha sufrido cambios en la forma para cumplir con las disposiciones sanitarias en Italia que ha decretado un confinamiento que impide salir de casa sin razones justificadas hasta el próximo domingo, día 27 de diciembre. De hecho, la plaza de San Pedro y las calles adyacentes estaban completamente vacías.
De este modo, el Papa no se ha asomado al balcón de la Logia central de la Basílica de San Pedro y por primera vez en la historia el Pontífice ha impartido la bendición desde el aula de las Bendiciones que se sitúa en el Palacio Apostólico sobre el Pórtico de la Basílica de San Pedro.
En su mensaje, Francisco ha vuelto a reivindicar la “fraternidad” como fórmula para salir mejores de la crisis, pero ha especificado que no debe estar hecha “de bellas palabras, de ideales abstractos o de sentimientos vagos”, sino que tiene que estar “basada en el amor real”.
Para el Santo Padre, la llegada de Jesús muestra que “el dolor y el mal no tienen la última palabra”. “Resignarse a la violencia y a la injusticia significaría rechazar la Navidad”, ha manifestado.
Posteriormente, como es habitual, el Papa ha hecho un repaso de los conflictos que afligen el mundo pero también ha tenido palabras para los que han perdido el trabajo así como para las mujeres “que en estos meses de confinamiento han sufrido violencia doméstica”.
En su mensaje, ha recordado la violencia que se vive en Siria, Irak y Yemen, donde los niños “están pagando todavía el alto precio de la guerra”. También ha recordado las tensiones “en todo Oriente Medio y en el Mediterráneo oriental”, así la situación en Libia al pedir “que la nueva fase de negociaciones en curso acabe con todas las formas de hostilidad en el país”.
Asimismo, ha reclamado que los israelíes y los palestinos “puedan recuperar la confianza mutua para buscar una paz justa y duradera a través del diálogo directo, capaz de acabar con la violencia y superar los resentimientos endémicos, para dar testimonio al mundo de la belleza de la fraternidad”.
El pontífice también ha hecho un llamamiento al pueblo del Líbano para que, en las dificultades que se enfrenta, con el apoyo de la comunidad internacional, “no pierda la esperanza”.
En su lista de territorios que sufren violencia, también ha nombrado Nagorno Karabaj y Ucrania, donde ha instado a los países involucrados a “mantener el cese del fuego” y a “favorecer el diálogo como única vía que conduce a la paz y a la reconciliación”.
El Papa ha continuado con su balance de 2020 nombrando a Burkina Faso, Malí y Níger, “lacerados por una grave crisis humanitaria, en cuya base se encuentran extremismos y conflictos armados”. El Papa también ha hecho alusión a Etiopía y ha alentado a los responsables de Sudán del Sur, Nigeria y Camerún a que “prosigan el camino de fraternidad y diálogo que han emprendido”.
Asimismo, se ha referido al continente americano, “particularmente afectado por el coronavirus, que ha exacerbado los numerosos sufrimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico”. Así, ha instado a Chile a “superar las recientes tensiones sociales” y a poner fin “al sufrimiento del pueblo venezolano”.
Por último, ha tenido unas palabras para las regiones azotadas por “los desastres naturales en el sudeste asiático, especialmente en Filipinas y Vietnam”; y en Asia no se ha olvidado de nombrar “al pueblo rohinya”, una minoría musulmana en Birmania.
AgenciaUno/EP