El Congreso de EEUU validará la victoria de Biden
La transición de poder presidencial más agitada de la historia de Estados Unidos avanza este miércoles con el penúltimo paso del enrevesado sistema electoral estadounidense, la verificación de los votos emitidos por el Colegio Electoral, que dieron la victoria al candidato demócrata, Joe Biden, en una sesión conjunta del Congreso.
El Colegio Electoral, órgano que elige de forma indirecta al presidente mediante una votación en bloque de los electores escogidos en cada estado, confirmó que Biden había ganado las elecciones el 14 de diciembre. El también exvicepresidente logró 306 votos frente a los 232 del actual mandatario, Donald Trump, muy por encima de los 270 necesarios para lograr la Presidencia de Estados Unidos.
No obstante, los esfuerzos de Trump para desbaratar la victoria de Biden desde las elecciones presidenciales del 3 de noviembre no han acabado y, en esta ocasión, se materializarán en los planes de varios parlamentarios estadounidenses para oponerse al resultado electoral.
Es el último envite del magnate neoyorquino, que se ha afanado en denunciar un presunto “fraude” y un “robo” electoral desde la celebración de los comicios. Sus aseveraciones le han llevado a comenzar una batalla judicial para socavar la victoria del candidato demócrata, aunque la práctica totalidad de las denuncias y recursos presentados hasta ahora en los tribunales han sido desestimados.
Once senadores republicanos, encabezados por Ted Cruz (Texas), anunciaron el sábado su intención de rechazar formalmente el resultado electoral si no se llevaba a cabo una auditoría de diez días “para considerar y resolver los resultados en disputa”. A su juicio, los electores –que en última instancia votan por el presidente de Estados Unidos– no fueron nombrados de forma “regular, legal y certificada”. No se ha puesto en marcha auditoría alguna.
La lista de los senadores recogida por ABC News incluye a los senadores Marsha Blackburn (Tennesee), Mike Braun (Indiana), Steve Daines (Montana), Ron Johnson (Wisconsin), Jim Jordan (Ohio) o James Lankford (Oklahoma). Trump ya agradeció el gesto a los legisladores mediante su cuenta de la red social Twitter.
La última en unirse a esta lista ha sido Kelly Loeffler, cuyo escaño como senadora por Georgia defiende este martes en la segunda vuelta de las elecciones al Senado en este estado, un proceso electoral sobre el que está puesta toda la atención. Si los demócratas ganan los dos asientos en liza, arrebatarán el control de la Cámara Alta a los republicanos, un duro varapalo para los conservadores.
El movimiento de estos senadores ha provocado recelo también en las filas republicanas, que no deja de aumentar. Este mismo lunes, los senadores Kevin Cramer y John Hoeven (Dakota del Norte) y Shelly Moore Capito (Virginia) –estados donde Trump es muy popular– señalaron que no apoyarán la impugnación de los resultados, subrayando que el movimiento fracasará incluso en el Senado, controlado por los republicanos, tal y como informó ‘The Hill’.
Además, la eventual objeción en el Congreso este miércoles no tendrá ningún efecto sobre la victoria de Biden, aunque sirve para situar a posibles candidatos de cara a las elecciones de mitad de mandato en 2022 e, incluso, para las presidenciales de 2024. El senador Cruz, que ha apoyado fervientemente las denuncias emitidas por Trump sobre el supuesto fraude, está en esta última lista.
Sea como fuere, la objeción a los resultados electorales, que es un requisito constitucional que se ha tornado en un trámite, básicamente, hará que la sesión sea más larga y polémica de lo normal, lo que también ocurrió en la votación de los 538 electores del Colegio Electoral en diciembre, otro trámite sin gran trascendencia.
La ceremonia comenzará a las 13.00 horas (hora local) y el actual presidente del Senado, el vicepresidente Mike Pence, presidirá el proceso. Aunque las objeciones fracasen, la ceremonia, típicamente corta, podría convertirse en un evento de horas o, incluso, días, según destaca NBC News.
LAS OBJECIONES
El vicepresidente debe abrir los certificados sellados de los estados en orden alfabético y debe entregarlos a uno de los cuatro ‘escrutadores’, un republicano y un demócrata de cada cámara que compone el Congreso estadounidense, que revisan los certificados y anuncian los votos de los estados. El proceso continúa hasta que se anuncian y cuentan todos los votos, a no ser que haya alguna objeción reconocida.
Para que una objeción se reconozca debe tratarse de un documento escrito firmado por, al menos, un miembro de la Cámara de Representantes y uno del Senado. Si la objeción se tiene en cuenta, el recuento se detiene, las cámaras se separan y pueden debatir al respecto durante dos horas. Después, se vota sobre si sustentar la objeción y desestimar los votos del estado.
Para que se desestime el voto de un estado, algo que no ha ocurrido desde que se aprobó la ley que regula el recuento electoral en Estados Unidos hace más de 130 años, la mayoría de ambas cámaras tiene que votar a favor. Si una cámara vota para rechazar los votos del estado y la otra no, la objeción se rechaza.
Así, y en base a la normativa, el rechazo de los senadores republicanos a la victoria de Biden no significará nada y la sesión finalizará con la certificación de los resultados electorales, ya que los demócratas controlan la Cámara de Representantes.
Esto sería suficiente, pero tampoco es probable que el Senado vote a favor de las objeciones, precisamente porque varios republicanos mantienen posiciones en contra de este movimiento. “Las elecciones presidenciales de 2020 han acabado. Nuestro país debería unirse”, justificó la senadora Capito en un comunicado. Por su parte, el senador John Thune (Dakota del Sur) señaló que “lo que tienen que recordar (los senadores) es que no va (el recurso) a ninguna parte”.
¿EL FIN DE LA BATALLA?
La certificación de los votos emitidos por el Colegio Electoral podría ser el último clavo en el ataúd de las impugnaciones legales de Trump, pero todavía tiene varias acciones legales pendientes y no ha dado indicios de que vaya a abandonarlas o ceder en sus denuncias sobre el “robo” electoral.
Para muestra, el mitin de Dalton, en Georgia, celebrado este lunes a favor de Loeffler y David Perdue. El magnate neoyorquino volvió a insistir, sin proporcionar prueba alguna, en sus aseveraciones sobre el “fraude” electoral y afirmó que espera que Pence “apoye” a los republicanos durante la sesión del Congreso de este miércoles, a pesar de que el vicepresidente no tiene poder para revocar los resultados electorales, según recogió CBS News.
El mandatario estadounidense ha insistido en esta idea durante la jornada. “El vicepresidente tiene el poder de rechazar a los electores electos de forma fraudulenta”, ha señalado en su cuenta de Twitter. Está previsto que Biden jure como el 46º presidente de Estados Unidos el 20 de enero.
AgenciaUno/EP