Papa denuncia que sistemas sanitarios no garantizan acceso “equitativo”
El Papa ha reivindicado el “enfoque holístico” hacia los enfermos al tiempo que ha denunciado las “carencias” de los sistemas sanitarios, evidenciadas sobre todo durante la pandemia, que no garantizan a los ancianos, los más débiles y vulnerables el acceso a los tratamientos.
“Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa. Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad”, ha señalado el pontífice en su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2021, que firmó el pasado 20 de diciembre, y que se celebra el próximo 11 de febrero, pero que ha adelantado este martes la oficina de prensa del Vaticano.
El lema elegido para este año es ‘Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos’ que reivindica la relación de “confianza” como “fundamento del cuidado del enfermo”. Así, ha instado a los políticos a “invertir recursos en el cuidado y la atención a las personas enfermas” que ha definido como “una prioridad” vinculada al principio que estipula que “la salud es un bien común primario”.
El Papa ha recordado en su mensaje a quienes sufren en todo el mundo los efectos de la “especialmente a los más pobres y marginados” al tiempo que criticado “la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen”. “Cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre el credo profesado y la vida real se debilita”, ha advertido Francisco.
En este sentido ha invitado a “detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro” hasta “sentir empatía y conmoción por él o por ella” y “dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio”. Por ello ha destacado la importancia de “establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan” basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo.
El Papa ha confirmado además que el sufrimiento “no es una condena o un castigo”, ni tampoco es “un estado de lejanía de Dios o un signo de su indiferencia”.
Asimismo, ha puesto el valor la labor de la multitud silenciosa de hombres y mujeres que durante la pandemia se han hecho cargo “de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana”. Entre ellos, ha nombrado a los agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas.