La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha hecho un llamamiento este lunes a la comunidad internacional a dejar de “negar” el racismo y responder de forma “sistémica” a este para evitar que casos como el afroamericano George Floyd, que murió a manos de la Policía, se repitan.

En un informe ha matizado que el “‘statu quo’ es insostenible” y ha recalcado que es necesario “comenzar a desmantelar el racismo” y poner “fin a la impunidad y fomentar la confianza”.

Así, ha pedido que las voces de los afrodescendientes sean “escuchadas” y que se aborden los “legados del pasado para hacer uso de una justicia reparadora”. “El racismo sistémico requiere una respuesta sistémica”, ha aseverado antes de señalar que es “preciso aplicar una estrategia de amplio espectro y no un enfoque fragmentario para desmantelar sistemas basados en siglos de violencia y discriminación”.

“Necesitamos un enfoque transformador que aborde los ámbitos interconectados que impulsan el racismo y desembocan reiteradamente en tragedias que podrían evitarse, como la muerte de George Floyd”, ha matizado.

El documento examina detalladamente las “desigualdades complejas” y la “marcada marginación política y socioeconómica” que afecta a las personas afrodescedientes en numerosos países.

En Norteamérica y el sur de Europa es “desproporcionado el número de afrodescendientes que viven en la pobreza y que se enfrentan a graves obstáculos para ejercer su derecho a la educación, la atención sanitaria, el empleo, la vivienda adecuada y el agua potable, así como para participar en la vida pública y ejercer otros Derechos Humanos fundamentales”, recoge el texto.

“La deshumanización de las personas afrodescendientes (…) ha reforzado y fomentado la tolerancia hacia la discriminación racial, la desigualdad y la violencia”, asegura. Asimismo, Bachelet ha explicado que al examinar las muertes a manos de la Policía en diversos países del mundo se pueden ver “pautas y similitudes sorprendentes”.

FALTA DE APOYO A VÍCTIMAS Y FAMILIARES

En este sentido, ha matizado que es “desolador que el sistema” no apoye a las víctimas y familiares y ha alertado de la “excesiva vigilancia de la que son objeto las personas y las comunidades negras, que les hace sentirse amenazadas en vez de protegidas”.

“Debemos garantizar que se escuchen las voces de quienes luchan en pro de la justicia racial y la igualdad de las personas afrodescendientes y que se tomen medidas al respecto”, ha afirmado antes de destacar que “el activismo de la sociedad civil es decisivo para impulsar las ideas y los objetivos deseados en el espacio público, como método constructivo para promover el cambio”.

Para Bachelet, el movimiento Black Lives Matter –Las Vidas Negras Importan– y otras agrupaciones de la sociedad civil han proporcionado modelos de liderazgo que se fundan en escuchar a las comunidades. “También están proporcionando a las personas el empoderamiento y las capacidades necesarias para reclamar sus Derechos Humanos. Esos esfuerzos deberían recibir financiación, apoyo y reconocimiento público”, ha añadido.

Entre las recomendaciones de la Alta Comisionada figura la de que el Consejo de Derechos Humanos establezca un mecanismo específico y con plazos definidos o que refuerce un mecanismo existente dotándolo de capacidad adicional con el fin de promover la justicia y la igualdad raciales en el contexto del mantenimiento del orden en todas las regiones del mundo.

Aunque en el informe se destacan algunas iniciativas a nivel local, nacional y regional encaminadas a buscar la verdad y proporcionar formas limitadas de reparación, “ningún Estado ha asumido su responsabilidad integral por el pasado ni por la repercusión actual del racismo sistémico”, según denuncia el informe.

Por el contrario, persiste una incapacidad generalizada para “reconocer la existencia y la repercusión del racismo sistémico y sus vínculos con la esclavitud y el colonialismo”. Bachelet ha hecho hincapié a su vez en la importancia de “eliminar los falsos relatos que han propiciado la persistencia de una sucesión de políticas y sistemas discriminatorios y que han permitido que muchas personas y muchos gobiernos nieguen lo que está ocurriendo actualmente y lo que ocurrió en el pasado”.

“Los estados deben demostrar más voluntad política para acelerar la acción en pro de la justicia racial, la reparación y la igualdad, mediante compromisos específicos, con plazos definidos, que permitan obtener resultados”, ha sostenido.

AgenciaUno/EP