Presentan norma constitucional para consagrar emblemas nacionales
Un grupo de nueve convencionales presentó a la Mesa Directiva de la Convención, una norma constitucional relativa a los Emblemas Nacionales. La propuesta, que busca ser analizada por la Comisión de Principios Constitucionales, Democracia, Nacionalidad y Ciudadanía, pretende dejar consagrada en la carta magna la importancia de la bandera, el escudo, su lema y el himno nacional.
“Estos emblemas representan e identifican a la nación chilena, y la hace distintiva con otras naciones, fomentando el sentido de unidad y cohesión entre los connacionales. La futura Constitución debe plasmar los valores permanentes de la chilenidad, como alegoría de unidad de toda la nación en torno a símbolos que fortalecerán y destacarán el imperio de los valores nacionales, y permitirán preservar la identidad histórico-cultural de la Patria”, indica el escrito firmado por Martín Arrau, Harry Jürgersen, Eduardo Cretton, Teresa Marinovic, Cecilia Ubilla, Ruth Hurtado, Rocío Cantuarias, Pollyana Rivera y Pablo Toloza.
Martín Arrau, precursor de la iniciativa, indica que “se trata de elementos de unión, que desde los inicios de la República han acompañado la historia de Chile y a cada uno de nuestros compatriotas sin distinción, ya sea en el último rincón de nuestro país o en el extranjero. Lamentablemente, en el último tiempo hemos visto como algunas minorías han querido entregarle un significado incorrecto, atacando incluso a estos emblemas y en definitiva a nuestra propia identidad nacional”.
Al respecto, el constituyente por La Araucanía, Eduardo Cretton, agregó que “esperamos que esta iniciativa tenga un apoyo transversal y que se dé por superada la polémica en torno a nuestros emblemas. Nuestros símbolos son de todos los chilenos, no tienen color político y cualquier ciudadano de este territorio tiene el deber de respetarlos”.
Teresa Marinovic, por último, indicó que “hay personas que insisten en funar o agredir, física o verbalmente, a los que piensan distinto. Creo que los emblemas patrios contribuyen a producir emociones que van en el sentido inverso: sentimientos de unidad, de pertenencia, de que somos parte de una historia y de una tradición común, con lo bueno y lo malo que eso pueda tener”.