Colmevet presenta recurso de protección contra el ISP por uso de fármaco
El Colegio Médico Veterinario Colmevet) presentó un recurso de protección contra el Instituto de Salud Pública (ISPCH) en la Corte de Apelaciones de Santiago, por haber decidido sorpresivamente prohibir la preparación en recetario magistral del Trilostano en medicina veterinaria.
Dicho fármaco de uso humano, es el único para el tratamiento en perros con Hiperadrenocorticismo o Síndrome de Cushing en Medicina Veterinaria a nivel mundial, y su no administración podría causar la muerte.
“Tenemos el deber de resguardar el bienestar de los animales y de canalizar las inquietudes de médico y médicas veterinarias por el futuro de sus pacientes, por eso estamos realizando una serie de acciones a objeto que el ISP revierta esta medida, dado que hablamos de la vida o muerte de cientos de perros”, indicó la Dra. María José Ubilla, presidenta nacional de Colmevet.
Agregó que “esta problemática sobre el acceso de la medicina veterinaria a fármacos humanos, es una discusión que hemos mantenido con el Ministerio de Salud, Instituto de Salud Pública, Servicio Agrícola Ganadero y la Asociación de Escuelas y Facultades de Medicina Veterinaria a través de una mesa de trabajo que conformamos este año, y que justamente busca solucionar esta problemática de acceso a medicamentos que hoy solo existen en medicina humana y que son vitales para la vida y bienestar de los animales”.
“Lamentablemente la drástica decisión del ISP respecto del Trilostano, nos indica que todos los esfuerzos destinados al trabajo intersectorial no son considerados por la autoridad, y eso habla mal del rol del Estado en estas materias”, puntualizó la Dra. Ubilla.
Cabe señalar que el fármaco Trilostano se utiliza para el tratamiento del Síndrome de Cushing, una de las endocrinopatías más frecuentes en los perros y requiere administración permanente y supervisada por un médico veterinario.
Se estima que en nuestro país cerca de un 2% de perros presentan esta patología que incluyen signos como polidipsia, poliuria, polifagia, aumento de peso, aumento del tamaño abdominal, alteraciones dermatológicas, jadeo, debilidad, atrofia muscular, letargo y cambios conductuales, lo que afecta no sólo el bienestar físico, sino que el bienestar mental de los animales que padecen la patología.