En pocas elecciones presidenciales en Chile se ha visto tanto movimiento de la comunidad científica como en las que resultó electo Gabriel Boric. La pandemia de COVID-19 ha situado a la Ciencia y la Tecnología en el centro de las soluciones y, por lo tanto, en el debate político, social y económico.

Para Vania Figueroa, Dra. en Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile y vicepresidenta de la Asociación Red de Investigadoras la razón es simple, el conocimiento traspasa cada vez más los muros de la academia “la evidencia mundial ha demostrado que los países que investigan tienden a obtener mejores resultados que los que no lo hacen, sobre todo si han sido capaces de forjar contratos sociales sólidos, construir economías abiertas e invertir en formación de personas como estrategias para el desarrollo, y esto es de público conocimiento”.

Chile es uno de los países de la OCDE que menos invierte en investigación, el programa del presidente electo plantea triplicar la actual inversión en el área dando respuesta así a una de las demandas más sentidas de la comunidad científica nacional, al respecto la neurocientífica señaló a Agencia Uno que “es un paso importante, pero más importante es apreciar dónde se irán esos recursos, la descentralización y la transversalización del enfoque de género en la generación de conocimiento, su aplicación y transferencia, así como cambiar la forma en que se evalúa la calidad y el impacto de la investigación son urgencias ineludibles”.

La relación entre el actual Gobierno y la comunidad científica ha sido compleja, algunas voces han interpelado a la actual administración por no seguir la evidencia durante la pandemia, por lo que existe consenso en que fortalecer la relación entre ciencia y política será uno de los retos a superar bajo el mandato de Gabriel Boric, para la neurocientífica, quién además participó en la construcción del programa de Yasna Provoste “No hay momento más propicio que este para avanzar decididamente, pero la responsabilidad de hacerlo no puede recaer en los hombros de una sola persona” y agrega “Todas y todos debemos salir de nuestra zona de confort y empujar en la misma dirección, desde la sociedad civil, desde la academia y desde el mundo político”.

A menudo la generación de conocimiento utilizando el método científico es indicada como la mejor herramienta disponible para encontrar respuesta a desafíos globales, como la crisis climática o la pandemia en curso, por ello se plantea como desafío el que la ciencia pueda orientar y motivar las decisiones políticas tomadas por los gobiernos, pero como señala la Neurocientífica “por muy buena que sea la ciencia también se necesita una buena política para enfrentar problemas complejos y multidimensionales, entendiendo que la ciencia es una más de esas dimensiones y no la única, en todas estas esferas la diversidad de voces debería ser la norma y no la excepción”.

Organismos internacionales como UNESCO han advertido que superar la falta de diversidad es urgente para que la ciencia contribuya con todo su potencial al desarrollo sostenible, ya que solo un tercio de los investigadores en el mundo son mujeres, a esto se le denomina “la tubería con fugas” que describe la pérdida sostenida de talento femenino en la ciencia, al respecto Vania Figueroa, conocida activista por esta causa señala “es necesario entender que esta “fuga” no es pasiva, ni el reflejo de la habilidad de mujeres para persistir en disciplinas científicas, sino del patriarcado académico que tiene el poder de hacer o deshacer carreras académicas”.

En Chile la participación de mujeres en investigación no supera el 34%, para enfrentar esta brecha el Ministerio de Ciencias estableció un política de género y un fondo concursable de Innovación en Educación Superior (InES) de alrededor de 450 millones por institución para avanzar en este ámbito, al respecto, la Dra. Figueroa quién además es Directora de un InES género adjudicado por la Universidad Autónoma de Chile señaló a Agencia Uno que “cualquier iniciativa de Estado en esta línea debe ser desde una mirada sistémica, interseccional e intersectorial, no basta con promover más vocaciones científicas en niñas, si de adultas ingresarán a instituciones donde sus méritos no serán reconocidos, estarán lejos de la toma de decisiones, les pagarán menos salario que sus pares varones y la responsabilidad del cuidado seguirá recayendo exclusivamente en ellas”.