CMN y daños al Cementerio General: “Son espacios solemnes que deben respetarse”
El Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) revisó en su sesión plenaria los antecedentes de los graves daños provocados por actos vandálicos recientes en el Casco Histórico del Cementerio General, el cual es monumento histórico desde 2010.
En la instancia se presentaron los detalles, fotografías y hallazgos de una visita técnica realizada por profesionales de la Secretaría Técnica del CMN que dio cuenta de daños en al menos 35 bienes patrimoniales, registrándose también profanación de tumbas. Se atacaron seis mausoleos de ex Presidentes de la República: Federico Errázuriz Echaurren, Juan Antonio Ríos, Carlos Ibáñez del Campo, Arturo Alessandri, Pedro Montt y José Manuel Balmaceda.
Al respecto los consejeros declararon: “Los cementerios, y en particular este monumento, destacan por sus valores históricos, culturales, arquitectónicos y sociales, a lo que se suma un patrimonio inmaterial ligado a ceremonias y prácticas funerarias. Son espacios solemnes, de descanso, tregua y paz; lugares donde reside la memoria nacional y familiar que deben respetarse sin excepción, no existiendo contexto o circunstancia que pueda justificar su daño. Su afectación resiente estándares básicos de respeto y convivencia democrática”.
En atención a estos valores vulnerados, el CMN “lamentó y rechazó los graves daños generados por actos vandálicos (…) los cuales significaron pérdidas y afectaciones en al menos 35 bienes patrimoniales, incluyendo mausoleos, capillas, pabellones, lápidas e importantes obras de arte, registrándose también profanación de tumbas. Estos daños han afectado los mausoleos de seis presidentes de la República, entre otras personalidades relevantes de la historia republicana y sus familias”.
El informe revisado durante la sesión revela que se vieron afectados, entre otros, el monumento público a las víctimas del incendio de la Iglesia de la Compañía, el Cenotafio de Andrés Bello y de José Miguel Infante, el Mausoleo del General Manuel Baquedano, el Memorial a Jaime Guzmán, e importantes obras de arte como vitrales o la lápida funeraria de la tumba del Presidente Juan Antonio Ríos que es obra de Samuel Román, Premio Nacional de Artes 1964. Los daños van desde rayados, roturas (de placas, lápidas y revestimientos,) y quemas.
Debido a su importancia y a la gravedad de los hechos, el CMN estableció como prioridad avanzar en la reparación de los daños por todos los medios posibles y en acciones para la protección y salvaguardia de este patrimonio común de la sociedad chilena.
A su vez se acordó realizar la denuncia al Ministerio Público por eventual daño a Monumento Nacional y remitir los antecedentes al Consejo de Defensa del Estado (CDE) para su investigación y adopción de las acciones judiciales pertinentes; así como también oficiar al Cementerio General haciendo presente los resguardos que deben tomarse para las reparaciones y ofreciendo la colaboración de la Secretaría Técnica del CMN para la implementación de las medidas correspondientes.
Sobre el casco histórico del Cementerio General
El Cementerio General es el recinto funerario más grande de Chile y su casco histórico fue declarado como monumento histórico en 2010. Según consta en su declaratoria, fue concebido originalmente como el Panteón Nacional y fundado en 1821 como obra de Bernardo O’Higgins.
Este sector histórico comprende 28 hectáreas seleccionadas para su protección por incluir todas aquellas edificaciones funerarias anteriores al año 1930 y que corresponden al 95% de las tumbas de mayor valor patrimonial. Dentro de la zona protegida se cuentan más de 200 esculturas, alrededor de 900 obras de arquitectura, las tumbas de 170 personajes de relevancia histórica, y en total 70 manzanas de sepulturas.
En su interior posee abundantes testimonios sociales, culturales, políticos, de arquitectura funeraria y artísticos de gran valor estético, los cuales son representativos de la evolución de la ciudad y parte del país en los dos últimos siglos. Asimismo el Cementerio General posee un extenso patrimonio inmaterial ligado a las creencias culturales, la fe, las tradiciones de los entierros, los ritos religiosos y las devociones seculares.