CONAF detecta al gato del desierto en la Reserva Nacional Los Flamencos
En el sector del Salar de Tara y Aguas Calientes I de la Reserva Nacional Los Flamencos, región de Antofagasta, se detectó al gato del desierto, lugar donde el equipo de guardaparques está trabajando en un estudio de la diversidad de fauna y salud del ecosistema.
Mediante este estudio, y con el cierre del sector, se ha observado una clara recuperación de la biodiversidad, descubriéndose nuevas especies que nunca antes habían sido registradas en el área, como la chinchilla andina y el reciente hallazgo de este gato silvestre.
Y si bien la felicidad del equipo de la reserva que realizó la identificación de este nuevo registro fue enorme, surgió luego una nueva arista, referida a si este felino es solo una subespecie del gato colocolo (Leopardus colocolo) o se trataría de una nueva especie de gato (Leopardus garleppi), a la que se propone llamar gato del desierto.
Para el director ejecutivo de CONAF, Rodrigo Munita, este nuevo hallazgo viene a confirmar el proceso de monitoreo que “como Corporación Nacional Forestal estamos desarrollando en las áreas protegidas que administramos, sobre la base de los estándares abiertos de conservación, que nos permite conocer realmente cuáles son nuestros objetos de conservación y las amenazas. Con este hallazgo, además de saber si es una subespecie o nueva especie, ya nos pone un trabajo diferente para la protección del hábitat de este gato silvestre”.
En este mismo sentido, el biólogo encargado del estudio, Héctor Gallardo, explicó que “si bien esta especie ha sido históricamente localizada en el norte del país, nunca antes había sido registrada en este punto de la cordillera, por lo que este descubrimiento realza la importancia del estudio de la fauna en las áreas protegidas. Además, a lo largo del tiempo, esta especie ha recibido muchos nombres científicos y parece que ahora podría tratarse de una nueva especie gato”.
Como detalló Gallardo, un estudio de 2020 realizado por Fábio Oliveira do Nascimento, Jilong Cheng y Anderson Feijó, determinó, en base a la cobertura morfológica más amplia de la especie, datos moleculares y modelos de nichos ecológicos, que las subespecies del gato colocolo verdaderamente forman parte de 5 especies únicas y diferentes entre sí. En consecuencia, los especímenes de la subespecie de gato colocolo ubicados en Ecuador, Perú, en el sur de Bolivia y en el norte de Argentina y de Chile (Región de Tarapacá) forman parte de una de las cinco nuevas especies de felino, en este caso, el ya nombrado gato del desierto o Leopardus garleppi. No obstante, la controversia sobre esto aún no termina y no existe un consenso entre biólogos del tema.
Este es un proceso largo y hay otros problemas que afrontar. Con la determinación de estas cinco nuevas especies de gato, se han empezado a impulsar programas de educación ambiental, instándose a seguir estudiándolos para conocer más datos sobre su clasificación, ecología y riesgo de extinción. Cabe destacar que el gato colocolo está en la categoría de casi amenazado, pero si se confirma este hallazgo, las nuevas especies, como la del gato del desierto, podrían estar hasta en categorías de riesgo de extinción, por lo cual debería realizarse una labor importante de conservación y preservación en los lugares idóneos para su distribución.
En el caso de este hallazgo, luego de analizar las fotos, donde se captó a un individuo adulto y también otro juvenil, se determinó que correspondería a la nueva especie Leopardus garleppi. Su pelaje presenta manchas rojizas en su cuerpo y unas bandas negras bien marcadas sobre un fondo blanco en sus extremidades. El espécimen se encuentra en las proximidades de una laguna salina, posiblemente desplazándose de un roquerío a otro o buscando presas que cazar de entre la variedad que ahí habitan.