CIDH afirma que Chile vive una situación de “grave crisis” en materia de DD.HH.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) terminó su visita in loco en el país y aseguró que “Chile vive una situación de grave crisis en materia de DD.HH.”.
La presidenta de la CIDH, Esmeralda Arosemena, expresó “el reconocimiento que hoy Chile vive una situación de grave crisis en materia de Derechos Humanos”.
Arosemena hizo un reconocimiento “a los jóvenes, a los estudiantes que han dado, con su voz, muestra de que tenemos la expectativa de una lucha por las transformaciones de las sociedades, que sean más justas, equitativas y respetando la dignidad de todos”.
Además realizó un minuto de silencio por “las víctimas, las familias de los fallecidos, por los heridos, los detenidos, las violadas y a los que han perdido el importante sentido de la vista”.
“La respuesta del Estado frente a la movilización social se caracterizó por la práctica de la represión, un uso desproporcionado de la fuerza y conductas repetitivas de violencia en contra de manifestantes que resultó en un número elevado de víctimas de graves violaciones de Derechos Humanos, detenciones masivas, apertura de procesos penales y el envío al Congreso de un paquete de medidas legislativas para endurecer las penas de algunas modalidades de protesta, en particular las que se ejercen con violencia”, expresó el relator de la CIDH, Joel Hernández.
Además reconoció que “Chile cuenta con un sistema democrático y un compromiso con la institucionalidad y el estado de derecho”, sin embargo, advirtió que “enfrenta un profundo desafío para sus instituciones democráticas, en el marco de una crisis social que ha producido un trauma extendido en su sociedad y que requiere de medidas decisivas para superarla”.
Aparte de destacar la labor de varios organismos en materia de DD.HH, la CIDH valoró la “apertura del Gobierno de Chile para la observación internacional, así como para mantener canales de información y articulación de esfuerzos”.
“La rendición de cuentas completa sobre estas violaciones, además de cumplir con una obligación del Estado, es esperada con expectativa por la sociedad”, agregó.
Sin embargo, luego de un diagnóstico de la situación de Derechos Humanos, Hernández planteó que “estamos ante una grave crisis de DD.HH. Los números hablan por sí solos. La CIDH recibió testimonios de afectados directos y observó documentos audiovisuales de los que se desprende que se han producido disparos de perdigones y de cilindros de gas en dirección al cuerpo, cuello y rostro de los manifestantes. En algunos de estos casos, con la pérdida total de la visión”.
Además hizo una serie de recomendaciones, tales como que la seguridad del Estado debe apegarse a los estándares de Derechos Humanos internacionales; establecer un órgano de control de la actuación policial y asegurar que las fuerzas de seguridad que intervengan para mantener el control tengan como prioridad la vida de las personas.
También terminar el discurso que incite al odio y la discriminación, el Estado debe establecer programas para ayudar a las víctimas especialmente de violaciones y daños oculares, adoptar medidas necesarias para garantizar el acceso a la justicia a quienes se han visto afectados y los funcionarios públicos deben abstenerse de realizar juicios referente alguien que participe en una protesta.
Asimismo el Estado debe reforzar la independencia del Servicio Médico Legal, fortalecer el INDH y la Defensoría de la Niñez con más recursos y personal, fortalecer la coordinación interinstitucional y interministeral para fortalecer el mejoramiento de los DDHH., fortalecer el contenido de los derechos a la educación y salud con un enfoque de igualdad y no discriminación, abstenerse de aplicar la ley antiterrorista y de seguridad del estado para lo que no corresponda y elaborar e implementar una política para respetar y promover los derechos de las comunidades LGTBI+.