Día del Cáncer Infantil: 78% de los niños sobrevive a este cuadro en Chile

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Cerca del 78% de los niños y adolescentes diagnosticados con cáncer sobrevive a esta patología, según cifras que maneja el Programa de Cáncer Infantil (PINDA) del Ministerio de Salud.

Un porcentaje que permite entregar esperanzas, sobre todo en el Día Internacional del Cáncer Infantil, declarado por la OMS para este 15 de febrero.

De acuerdo con ese organismo, los cánceres de mayor frecuencia son las leucemias (35%), aquellos que afectan al Sistema Nervioso Central (17%) y linfomas (10%).

Por otra parte, según el Registro Nacional de Cáncer Infantil, al año se diagnostican cerca de 500 niños con esta enfermedad, siendo la segunda causa de mortalidad en niños entre 5 y 15 años.

Y aunque el porcentaje de sobrevida es alto, siempre es necesario que los menores que ya superaron esta patología se realicen un control estricto, incluso de por vida, puesto que pueden sufrir recaídas los primeros años post tratamiento, o tener secuelas y complicaciones ocasionados tanto por la enfermedad como por el tratamiento.

De acuerdo con el Coordinador de Oncología de Clínica RedSalud Santiago, Dr. Felipe Espinoza, en caso de que el niño deba someterse a una quimioterapia, que es una terapia con reacciones adversas de diferente índole, lo tolerará bastante mejor que un adulto. “Al ser más pequeños y estar en pleno desarrollo, tienen mucha más capacidad de reproducción celular”, afirma.

“Hay que recordar que los tratamientos agresivos como la radioterapia y la quimioterapia pueden causar secuelas en la salud del paciente. El nivel del daño depende del tipo de droga que se use, pero entre otras cosas pueden desarrollar compromiso de medula ósea lo que produce anemia, baja de plaquetas y de leucocitos (glóbulos blancos), caída del cabello, diarreas y puede perjudicarlo neurológicamente, presentando, por ejemplo, algún tipo de neuropatía o neurotoxicidad, afecciones pancreáticas y alteraciones cardiacas o incluso nuevos cánceres en el futuro”, advierte el experto.

El doctor Espinoza aclara que, por lo general, es esperable que haya pacientes que tengan efectos secundarios, como por ejemplo la disminución de plaquetas, glóbulos blancos y rojos. Estos son efectos pasajeros, pero que a la larga podrían desencadenar alguna secuela. De todas maneras, reitera que en el caso de que un menor haya padecido de cáncer, es importante realizarles controles estrictos de por vida.

CUIDADO CON LOS SÍNTOMAS

Realizar controles periódicos a los niños es fundamental para detectar cuando algo no funciona, sugiere el Coordinador de Oncología de Clínica RedSalud Santiago. “En muchos casos son los padres quienes notan las anomalías, por ejemplo, una masa abdominal, algún tipo de compromiso neurológico, palidez, sangrado, etc., por eso hay que estar atentos a estos síntomas”.

En el caso de la leucemia, el cáncer más habitual en niños, se produce una disminución de las células de la medula ósea que puede generar anemia, por lo tanto, si el menor luce pálido, cansado o sufre taquicardia, son señales de alerta que hay considerar. “También puede ocurrir un aumento o disminución de glóbulos blancos, que pueden ocasionar infecciones y descenso de las plaquetas, lo cual incrementa la posibilidad de hematomas y sangrado”, agrega el especialista de Clínica RedSalud Santiago.

Otro de los cánceres frecuentes es el que afecta el sistema nervioso central, los cuales se manifiestan con fuertes dolores de cabeza, alteraciones neurológicas y endocrinas. En el caso de los tumores en el resto de cuerpo, los niños pueden desarrollarlos en cualquier lugar ya sea en ojos, huesos y riñones, por lo tanto, dependiendo de donde aparece la anomalía, será el tipo de síntomas que va a provocar.

“Por ejemplo, los lactantes a veces presentan tumores en la retina y se puede identificar porque el ojo se pone más blanco asociado con estrabismo. En el caso de que el problema ocurra en la zona ósea, el niño empieza a tener dolores de huesos, o si existen problemas neurológicos puede presentar convulsiones, u otro signo de alteración neurológica, como por ejemplo, ataxia que es una descoordinación corporal que puede afectar a los movimientos de las extremidades, ojos, habla o deglución, que podría ser un indicador de que algo no anda bien en el área cerebral”, concluye el especialista

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