Luciano Pereyra trajo alegría al “monstruo”  y a cambio de se llevó la Gaviota de Plata y Oro.

El carismático artista calmó los ánimos del público que minutos atrás pifió de manera contundente por la salida del cuarteto de humorístico fusión humor.

Al recibir las estatuillas, el intérprete se conmovió y manifestó su agradecimiento a los chilenos.

Asimismo, afirmó que aprovecharía los micrófonos para condenar la violencia, pero se la alegraba por que los ciudadanos exigieran sus derechos.

“Me alegra mucho cuando un pueblo sale a hablar por lo que necesita”, afirmó. 

Aunque el público fue receptivo y valoró los éxitos, cuestionaron que el cantante tuviera reducido tiempo sobre el escenario, ya que era el espectáculo fijado para un miembro del jurado.

Esto hizo enojar nuevamente a los asistentes, quienes comenzaron a corear: “Déjenlo cantar”, además de manifestar nuevamente su molestia en contra de la organización.