El Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), junto a la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, elaboraron un protocolo de recomendaciones para la prevención y atención del COVID-19 en personas mayores, de acuerdo a las directrices entregadas desde el Ministerio de Salud.

Dado que nuestro país aún se encuentra en la Fase 2 y que las personas mayores, principalmente con condiciones médicas preexistentes podrían tener mayores posibilidades de presentar complicaciones con la presencia del COVID-19, se releva la prevención como principal acción a seguir.

El COVID-19 es una enfermedad respiratoria nueva, que actualmente se propaga de persona a persona. Los principales síntomas incluyen tos y dificultad para respirar, fiebre alta sobre 38° y en algunos casos, síndrome respiratorio agudo grave.

Es importante recalcar que en el caso de las personas mayores la presentación de la enfermedad podría ser inicialmente sin fiebre y venir asociado a decaimiento, desorientación y agitación, además de la sintomatología antes descrita.

El director nacional de SENAMA, Octavio Vergara, señaló al respecto que “es importante que estemos preparados para enfrentar esta emergencia sanitaria. Hoy estamos difundiendo el protocolo con las recomendaciones para enfrentar la fase 2, a través de nuestras coordinaciones regionales, llevando esta información en todos nuestros dispositivos a lo largo del país, además de los clubes y organizaciones de mayores, con el fin de evitar el contagio de las personas de 60 años y más, que constituyen un grupo vulnerable y de riesgo”.

Por su parte, el presidente de la Sociedad de geriatría y Gerontología de Chile, Dr. Gerardo Fasce, precisó que “este protocolo es fruto de un trabajo colaborativo que siempre hemos tenido con SENAMA, a partir del cual recopilamos antecedentes con socios de Chile y colegas que viven en el extranjero para responder a la coyuntura sanitaria y los posibles escenarios futuros, con el propósito de brindar la mejor atención posible a las personas mayores que son el principal grupo de riesgo. Esta buena experiencia de trabajo conjunto esperamos replicarla en otros ámbitos, donde nuestra SGGCh se concentra en aspectos técnicos y SENAMA en los sociales”.

Las personas mayores requieren monitoreo activo ya que pueden ser vulnerables a enfermarse más severamente con el virus, por lo que es importante que los centros donde asisten o residen sigan ciertas recomendaciones, tales como:

– Evitar el contacto con personas con síntomas respiratorios.

– Higiene de manos.

– Evitar contaminantes ambientales.

– Cubrir con pañuelos desechables boca y nariz al toser.

En tanto se recomienda que los equipos de atención directa, es decir, profesionales y técnicos que se desempeñan en los centros, deberán:

– Informar y educar a las personas mayores en torno a las medidas de prevención emanadas de la autoridad sanitaria.

– Identificar al grupo de mayor riesgo o frágiles y mantener controles médicos al día.

– Reforzar la higiene de manos principalmente antes y después de atender al adulto mayor.

– Utilizar guantes si durante la atención se tocan mucosas o secreciones.

– Protección facial (mascarilla, antiparras, escudos faciales, etc.) y uso de delantal o pecheras, especialmente si hay posibilidades de salpicaduras.

– Limpiar superficies de examen entre pacientes o uso de sabanilla desechable.

– Manejo de equipos, desechos y ropa de residentes.

– Aumentar la frecuencia de aseo.

– Aumentar la frecuencia de control de signos vitales.

– Mantener coordinación permanente con el equipo de salud del territorio.

– Coordinar y gestionar inmunización (vacunación según corresponda).

Si la persona mayor debe consultar a un centro de salud, mientras espera la atención, debe mantener distancia con otras personas, cubrirse la nariz y boca al toser y estornudar, usar pañuelos desechables y lavarse las manos.