Campamento de Viña del Mar denuncia abandono en medio de crisis por COVID-19
Carola Toro es habitante del Campamento Felipe Camiroaga de Viña del Mar. Junto a su esposo-trabajador de una pesquera en Valparaíso-tienen tres hijos, uno de 13 años, otro de 4 y el más pequeño de 2 años. Los ciudadanos cuentan que se han sentido una ausencia del Estado, especialmente de las autoridades sanitarias.
La mujer explicó a Agencia UNO los periplos que han debido sortear como comunidad, desde que inició la crisis por la expansión del coronavirus en la región y en el país, entre ellos, las soluciones para hacer que sus hijos sigan aprendiendo, pese a la suspensión de clases, como medida implementada por el Gobierno para evitar contagios en la población estudiantil, y los pocos recursos.
Toro reveló que con su hijo mayor, le toca estudiar, recibir guías y enviar tareas a través de aplicaciones como WhatsApp. Sin embargo, en el caso de su hijo del medio, confesó que debe acudir hasta el colegio-trayecto que detalló es largo-para poder buscar las asignaciones escritas en un cuaderno, que deberá llevar luego, cuando sean solicitados por los maestros.
“Me mandan los cuadernos hacia la casa. Yo voy a buscarlos y me mandan las tareas. Después yo voy a dejarlos al colegio y me dicen por WhatsApp-la profe-que los vaya a buscar, nuevamente”, precisó, y añadió que no todos los miembros del campamento cuentan con internet para realizar sus actividades, por lo cual, algunos, deben bajar hasta 20 cuadras de un camino de tierra para poder conectarse a una señal.
La mujer cuenta que la dinámica familiar ha cambiado, y que ha tenido que distribuir su tiempo para cumplir con todas las tareas del hogar y del colegio, sin que esto signifique una disminución de la calidad del tiempo con sus hijos
Carola, también develó que las asignaciones escolares no son el único problema que deben afrontar. La pobladora contó que tuvieron que movilizarse hasta el Centro de Salud Familiar Brígida Zavala, lejos de su localidad, para solicitar ayuda con las vacunas contra la influenza para la población vulnerable de su comuna. Señala que eso fue hace un mes y aún no tienen respuesta.
“Tenemos 60 personas-algunos con más de 60 años y varios niños crónicos-, que no se han ido a vacunar. Algunos tienen miedo de salir y contagiarse(coronavirus)”, expresó Toro, y explicó que esto ocurre porque no cuentan con implementos básicos como mascarillas, ni guantes.
Los habitantes del campamento señalan sentirse aislados, y abandonados por las autoridades. Precisan que nadie los ha ido a visitar, que no han recibido instrucciones, “ni siquiera un folleto”, para prevenir el contagio por COVID-19.
“Lo hemos estado haciendo solos. No hemos tenido apoyo, ni cercanía, ni del municipio, ni Serviu, ni Intendendencia, ni de nadie”, apuntó Marcela Salazar del Comité Isla Juan Fernández.
Los más optimistas, creen que quizá su misma situación de aislamiento, les permita escapar de esta pandemia, que hasta el momento ha cobrado ocho vidas en el país, y mantiene a 2.449 contagiados, según las autoridades de Salud.