El ministro de Educación, Raúl Figueroa, ratificó la posición del Gobierno de adelantar las vacaciones de invierno para las últimas dos semanas de abril, como una medida de prevención contra la pandemia de Covid-19.

Desde que fue anunciada la medida, alcaldes, parlamentarios, el Colegio de Profesores, estudiantes, entre otros, solicitaron a la cartera desestimar la acción.

“La medida de suspensión de clases y adelantar las vacaciones de invierno tiene un profundo sentido sanitario. Sabiendo que estamos viviendo momentos extremadamente complejos y que este año no será igual a ningún otro que hayamos conocido, es que hemos decidido adelantar las vacaciones de invierno para privilegiar que las horas de clases presenciales sean la mayor posible durante este año escolar y que las medidas sanitarias que debemos tomar perjudiquen lo menos posible los aprendizajes de nuestros niños y jóvenes”, dijo Figueroa.

El secretario de Estado también explicó que los plazos para el regreso del proceso presencial será cuando “las condiciones sanitarias lo permitan, (se procederá a) iniciar las clases presenciales y darle a ese proceso la mayor continuidad posible”.

“Las clases presenciales son muy difíciles de reemplazar; se han hecho importantes esfuerzos, nosotros los hemos promovido y los agradecemos respecto de toda la comunidad escolar, para seguir adelante procesos de educación a distancia, pero estamos también convencidos que, sobre todo en el mundo escolar, la clase presencial es muy importante, y por lo tanto debemos tomar todas aquellas medidas que nos permitan recuperar la mayor cantidad de horas posibles en el sistema escolar”, apuntó.

Lo que le corresponde al Ministerio de Educación en este contexto, indicó, es realizar los ajustes curriculares que sean necesarios.

También indicó que la posible suspensión o reprogramación de la prueba Simce será evaluada en su momento.