Humedal Angachilla: Un paraíso medioambiental en el centro de la urbe valdiviana

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• Diversas aves son parte de este ecosistema que está ad portas de ser declarado Santuario de la Naturaleza. Expertos advierten que, de no ocurrir esta protección legal, el hábitat de muchas especies podría ser destruido.

La pandemia no solo nos ha traído malas noticias. La flora y la fauna se han visto favorecidas con esta emergencia sanitaria y se han dejado ver en diversos humedales urbanos de Chile.

En Valdivia, el Humedal Angachilla que aún espera ser declarado Santuario de la Naturaleza, posee una biodiversidad rica a la vista. Desde marzo, distintos tipos de aves llenan de colores los paisajes soñados de la región de los Ríos.

Aunque actualmente no existe un catastro exacto de la cantidad de individuos, se mantiene un conteo en base al registro de avistamientos reportados por personas particulares u organizaciones ambientalistas.

Para Jorge Tomasevic, Ornitólogo y coordinador científico del Centro Humedales Río Cruces, este humedal en particular “es súper rico en especies y especial en términos de la conservación de la naturaleza que tiene la amenaza constante de estar al lado de la ciudad. Se han reportado entre 60 y 70 especies dependiendo del lugar donde estén hechos los conteos”.

En relación a la falta de resguardo que tiene esta zona, el especialista en aves indica para AgenciaUno que “el hecho de proteger estos espacios con una categoría legal, le da más herramientas para poder tratar de recuperar esas especies”.

En los humedales urbanos, como Angachilla, se pueden apreciar distintas aves que han recuperado terreno sobre todo porque algunos proyectos inmobiliarios han detenido sus obras por la pandemia, sumado a la baja de afluencia de público.

El ornitólogo de la Universidad Austral revela algunas peculiaridades de estos cuatro tipos de aves características de un área llena de biodiversidad.

• Cisnes de Cuello Negro

Tiene la capacidad de migrar, pero habitualmente se queda en los lugares en lo que está, y suele ser más abundante en la zona sur. En el Santuario de Río Cruces, de la misma región, han alcanzado colonias con más de 22 mil individuos.

El luchecillo es una planta subacuática de gran cantidad en esta zona y es el principal alimento de estas aves acuáticas herbívoras. Otra razón de por qué les gusta venir al humedal, es que acá encuentran refugio y sitios para nidificar.

• Pidén

Esta ave es una especie de humedales, que tiene la particularidad de caminar más que volar y tener un pico bien colorido. Se da en la mayor parte del país, comen pequeños moluscos, insectos y hierbas. Es un animal muy ruidoso, se hacen notar en las tardes, cantan muchos y pueden ser escuchados a largas distancias.

• Pato Jergón Grande

Es un pato muy común en Chile y para reconocerlo hay que fijarse en su cola en forma de punta. Cuando tiene las alas retraídas no son muy vistosos, pero cuando las abren se puede apreciar más colores en su interior.

• Garza Grande

Esta ave es totalmente blanca de pico puntiagudo. Las garzas de gran tamaño son gregarias, de vuelo y aleteo lento. De día se suele encontrar con otras garzas chicas, pero de noche se junta con otras de su especie para dormir en las ramas de los árboles. Su mayor amenaza es la degradación y la pérdida de humedales.

Humedal Angachilla aún espera ser declarado Santuario de la Naturaleza

Esta área aún espera ser protegida cuando en el futuro sea declarado como Santuario de la Naturaleza, ya que es parte del Plan de Protección de estos espacios que fue lanzado el año 2018 en Valdivia por el Gobierno.

Organizaciones medioambientalistas han hecho diversas manifestaciones para este trámite salga lo antes posible, considerando que fue considerado en la primera etapa de dicho plan.

Sin embargo, actualmente se espera la respuesta del ministerio de Medio Ambiente, quien señaló que el 2020 sería el año para dar resolución a este tema. Hecho que aún no ha ocurrido.

“Proteger los humedales no es simplemente por proteger la biodiversidad, sino para proteger a las personas. Porque cuando uno rellena humedales y sitios donde se construye no son tan estables. El agua que había antes tiende a volver por lo que son muy sensibles a inundaciones”, subraya el ornitólogo Jorge Tomasevic.

El especialista en aves explica que “cuando se rellena el humedal lo que hace es destruir el hábitat de las especies. Pueden que se destruyan nidos y se reducen la posibilidad para tener nuevas crías. Si uno no las mata con la intervención, lo fuerza a reubicarse en otro lugar que no necesariamente es tan bueno como donde estaban antes”.

Por su parte, Jaime Rosales, vocero de la red ciudadana por los Humedales, señaló que en diciembre del 2019 la consultora Forecos, organismo encargado de la recolección de datos y la preparación del expediente para la postulación, “entregó un informe justificatorio para la creación de este humedal como Santuario”.

La importancia que este tipo de zonas sean declaradas como Santuario de la Naturaleza, radica en que se obliga a todos los proyectos que causen algún impacto, deben someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), impidiendo realización de actividades en caso que exista daño para la biodiversidad.

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