Trump protagonizó un debate áspero y con descalificativos

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El primer debate entre los dos principales candidatos a la Casa Blanca no pasará a la historia por su profundidad ni por los mensajes políticos que se plantearon en él, sino por la más que evidente pugna entre un presidente, Donald Trump, cómodo entre descalificaciones y medias verdades, y un aspirante, Joe Biden, esforzándose por aguantar los envites de un adversario al que llegó a llamar “payaso”.

Biden llegaba al primer cara a cara televisado como el favorito en las encuestas, el último representante de una estirpe política que ya no es caballo ganador en la América de Trump. El presidente, por su parte, prometía seguir fiel a su estilo áspero, el mismo que hace cuatro años le dio contra pronóstico un Despacho Oval que ahora aspira a mantener.

Frente a un moderador en ocasiones incapaz de contener la escalada dialéctica, Chris Wallace, los dos aspirantes protagonizaron hora y media de tensión e interrupciones. De poco sirvieron los esfuerzos de Wallace por reconducir el debate hacia temas de actualidad como la pandemia de coronavirus, la situación del sistema sanitario, la renovación del Tribunal Supremo o el cambio climático.

“Eres el peor presidente que Estados Unidos ha tenido nunca”, le espetó Biden a Trump en un momento del debate. Durante sus intervenciones, le acusó de ser una “mascota” al servicio del presidente ruso, Vladimir Putin, de “echar más leña al fuego” en cuestiones de índole racial o de hacer ingeniería fiscal para pagar menos impuestos.

Trump, lejos de rehuir la confrontación, reconoció que “solo un estúpido” no intentaría pagar menos impuestos y se burló de Biden por presumir de llevar mascarilla para prevenir contagios de coronavirus. El mandatario también evitó condenar el supremacismo blanco: “Casi todo lo que veo viene de la gente de izquierdas, no de derechas”, justificó.

El actual inquilino de la Casa Blanca aprovechó la ocasión para volver a sembrar la duda sobre la transparencia de las inminentes elecciones, esquivando de nuevo un compromiso explícito para aceptar los resultados de los comicios y agitando el fantasma del “fraude” por el voto por correo.

“Si se trata de una elección justa, estoy 100 por cien de acuerdo, pero si veo que se manipulan decenas de miles de papeletas, no puedo aceptarlo”, argumentó, frente a un Biden que le acusó de hablar sin pruebas, dentro de una estrategia para “tratar de disuadir a la gente de que acuda a votar”.

BIDEN TACHA A TRUMP DE “PAYASO”

El presidente del Hispanic Council, Daniel Ureña, asegura en su análisis que Biden, sobre el que ya no se tenían grandes expectativas antes del debate, estuvo “seguro y titubeante”. La frustración de la antigua mano derecha de Barack Obama se hizo evidente cuando instó a Trump a callarse o entró en descalificaciones como “payaso” -en dos ocasiones-, “racista” o “mentiroso”.

“Biden es un político de la vieja escuela al que no favorece un clima de tensión como el que vimos anoche, a diferencia de su rival, que sí se mueve como pez en el agua en la confrontación”, apunta Ureña. En cambio, “la base electoral de Trump, que ha sido muy fiel desde el inicio de su mandato, estará satisfecha del resultado de este primer cara a cara”.

No en vano, uno de los momentos de mayor tensión llegó cuando Trump atacó los negocios en el extranjero del hijo de Biden, Hunter. El candidato demócrata suspiró y defendió a su hijo, no solo a nivel empresarial sino también personal, mostrándose orgulloso de que hubiese podido superar su adicción a las drogas.

La familia, tradicional tema tabú en este tipo de confrontaciones dialécticas, también entró en juego cuando Biden acusó a Trump de manchar la imagen de miembros de las Fuerzas Armadas como su difunto hijo Beau, que falleció por un cáncer en mayo de 2015.

DOS DEBATES MÁS

Concluida la cita, y a falta de ver cómo afectan a las encuestas, un primer sondeo publicado al término del debate por la cadena CBS sitúa como ganador del cara al cara al aspirante del Partido Demócrata. Un 48 por ciento de las 1.039 personas entrevistadas creen que Biden venció, frente al 41 por ciento que dan por triunfador a Trump.

En lo que sí coinciden la mayoría, en concreto un 83 por ciento, es que el tono del debate fue negativo, algo que comparten votantes a uno y otro lado del espectro político. Además, el 69 por ciento declaran que se sintieron “enfadados” viendo a los candidatos en televisión, ampliamente por encima de quienes se consideraron entretenidos, pesimistas o informados.

La campaña de Trump no ha ocultado su satisfacción tras el debate, al considerar que el primer encuentro televisado ha servido para demostrar que el presidente está “al mando” y Biden es “débil”, una de las aseveraciones que el magnate neoyorquino ha venido manteniendo durante estos últimos meses para criticar la capacidad de su rival. Trump incluso había propuesto que Biden se sometiese a un test de drogas para verificar que no tomaba ningún estimulante.

El estratega republicano Michael Steel, sin embargo, sostiene que “Trump necesitaba una victoria clara y no la obtuvo” en la cita organizada por la Universidad Case Western Reserve y la Clínica Cleveland, según ‘The New York Times’. El principal objetivo del Partido Demócrata para los próximos comicios pasa por convencer a una mayoría de la ciudadanía de que, ideologías aparte, Estados Unidos no se puede permitir cuatro años más de Trump en la Casa Blanca.

Biden parte con la ventaja de ser el favorito en las encuestas, pero con el ‘handicap’ de las dudas que aún genera en estados clave y de los precedentes de 2016, cuando la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton, se impuso en número de votos a nivel nacional pero no en el reparto de compromisarios para el Colegio Electoral, el órgano que termina eligiendo al presidente.

Tampoco ayuda a sus aspiraciones políticas que en estos meses no haya sido capaz de generar una ilusión capaz de atraer a nuevos votantes, una debilidad que la campaña de Biden intenta paliar con la propuesta de la senadora Kamala Harris -mujer, afroamericana y 55 años- como candidata a la Vicepresidencia de Estados Unidos.

Pasado el primer duelo, Trump y Biden se han citado el 15 y el 22 de octubre para otros dos debates -quedaría un tercero entre los dos aspirantes a la Vicepresidencia-, pero algunos medios llegaron a poner en duda que llegasen a celebrarse por el tono mantenido la pasada noche. “Sí, vamos a los debates”, aclaró una portavoz de la campaña de Biden ante los periodistas, según The Hill.

AgenciaUno/EP

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