Adelita Ravanales jura como nueva ministra de la Corte Suprema
La ministra Adelita Ravanales Arriagada juró como nueva integrante de la Corte Suprema, en una ceremonia semipresencial encabezada por el presidente del máximo tribunal, Guillermo Silva Gundelach y que contó con la participación del pleno del máximo tribunal, del ministro de Justicia, familiares y más de 200 personas conectadas vía Zoom.
La ministra Ravanales –quien asume en la vacante producida por el cese de funciones del extitular Hugo Dolmestch- es la octava mujer que integra la Corte Suprema sumándose a las actuales ministras Rosa María Maggi, Rosa Egnem, María Eugenia Sandoval, Gloria Ana Chevesich, Andrea Muñoz, Ángela Vivanco y María Angélica Repetto.
En su discurso, el presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva, destacó la doble relevancia de este día, ya que hoy la ministra Ravanales está de cumpleaños: “Una fecha que desde ahora será doble e indudablemente significativa en su historia personal, coincidiendo el día de su nacimiento, con aquel en que su carrera profesional alcanza una consagración especial, y que responde a un reconocimiento a su trayectoria, pero que también implica un enorme desafío”.
Al analizar el contexto de este juramento, la autoridad resaltó el trabajo judicial en pandemia y la forma en que todo el Poder Judicial se ha adaptado a las labores a distancia: “Sin temor a equivocarme, la nueva integrante de este tribunal se incorpora en un mundo derechamente distinto al de hace un año atrás, en que ciertas reglas y modos de ver y hacer las cosas, que hemos asumido siempre como connaturales al sistema de justicia, han sido y deberán continuar adecuándose a una realidad que nos mostró, con gran evidencia, que los cambios y adaptaciones son posibles, necesarios y positivos cuando se realizan con miras a cumplir principios basales de nuestro sistema, del que quizá el emblema sea el acceso a la justicia, con todas las implicancias y sub principios que aquél contempla”.
El presidente Silva se refirió, también al proceso constitucional y a las expectativas de la ciudadanía. “Su llegada a la Corte Suprema coincide, además, con un momento decisivo en nuestra historia política e institucional, pues en tan solo unos pocos días tendrá lugar un plebiscito nacional que podría encaminar al país hacia la redacción de una nueva Constitución, a través de órgano o convención que será elegido, total o parcialmente, por votación popular”.
“En ese contexto, la judicatura debe estar preparada y atenta para participar y enriquecer la discusión en los temas constitucionales que atañen al Poder Judicial y que podrían experimentar importantes cambios, en lo funcional, en lo orgánico, en el resguardo de los derechos fundamentales o en sus relaciones con otros órganos del Estado. Por supuesto, la deliberación política debe radicarse en las instancias que corresponden, en quienes gocen de la legitimidad democrática emanada de la ciudadanía; pero ello no obsta a que el saber acumulado en este poder del Estado pueda ponerse a su disposición, con una visión centrada en lo que es mejor para el país y alejada de los intereses particulares”, agregó.
“Ya lo sabemos, hace casi justo un año se inició el proceso de manifestación más grande que nuestro país tenga memoria en los últimos treinta años, que se dice catalizador de un descontento y exigencias que trascienden a todas las esferas del quehacer público, y del que la demanda de justicia no es una excepción. Es por eso que las expectativas que la ciudadanía ha puesto en los cambios que espera de los distintos poderes y órganos del estado, nos obliga a estar a la altura de la posición histórica en que el destino nos ha colocado, dentro de nuestro marco de acción, respetuoso de la separación de funciones, pero sin abdicar del papel que como órgano garante de los derechos de las personas y con la opinión que la experiencia brinda, contribuirán al fortalecimiento de nuestro estado de derecho democrático. Por todo lo anterior, la Ministra Ravanales asume su cargo en una época marcada por grandes desafíos y responsabilidades, en el contexto de un cambio social sin precedentes, un proceso constituyente de eventual aplicación y un escenario pandémico que nos pone a prueba de un modo extremo”, concluyó.