El ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, afirmó que el estallido social vivido hace un año en Chile ha puesto de manifiesto que el progreso exitoso no está reñido con que pueda haber protestas, al tiempo que ha puesto en valor la vía institucional emprendida para resolver la crisis con la elaboración de una nueva Constitución.

En los últimos 30 años desde la caída de la dictadura de Augusto Pinochet, Chile ha reducido drásticamente los índices de pobreza –de más del 50 por ciento a en torno al 8 por ciento–, ha expandido su clase media y consolidado su democracia, destacó el canciller. Se trata, ha resumido, de una “historia de estabilidad política, respeto de los derechos individuales y progreso económico y social”.

Sin embargo, la ola de protestas de finales de 2019 permite extraer una lección, según Allamand, que “aún países con trayectorias exitosas no son inmunes a la protesta y el malestar social”.

En el caso de Chile, para atender a la demanda de mayor igualdad y equidad se optó por dejar de lado la violencia y apostar por “un camino institucional” de reforma de la Constitución, la cual, aunque enmendada, se remonta a la dictadura.

“Chile quiere seguir progresando pero con más inclusión, con más cohesión, con más justicia de la que lo ha hecho en los últimos años”, ha añadido el ministro, resumiendo así la postura defendida primero en las calles, principalmente por los jóvenes, y luego en el plebiscito en el que se acordó la redacción de una nueva Carta Magna mediante una convención constitucional.

En opinión del canciller, muchas de las inquietudes expresadas por los jóvenes chilenos son extensibles a otros países lationamericanos, donde la desigualdad es también persistente, y a la mayoría de las democracias. Todas ellas, ha añadido durante una Tribuna EFE en Madrid, se enfrentan al desafío de cerrar “el abismo” actual entre la clase gobernante y la ciudadanía.

Por lo que se refiere al proceso de elaboración de la nueva Constitución, Allamand ha reconocido que cabe la posibilidad de que no se logre un acuerdo para un nuevo texto, aunque ha considerado que “sería una circunstancia política muy extrema” y en todo caso lo que ocurriría sería que la actual seguiría vigente.

No obstante, lo ha considerado poco probable habida cuenta de que el 80 por ciento de los chilenos se pronunció a favor de una nueva Carta Magna lo que supone una “obligación política” para los futuros miembros de la asamblea constituyente de sacar adelante un texto, que deberá ser refrendado por dos tercios con el fin de que haya un “amplio consenso”.

Así las cosas, el ministro de Relaciones Exteriores ha sostenido que el Presidente Sebastián Piñera debería ser reconocido por su “rol muy fundamental en cómo encauzar políticamente el estallido” social y desencadenar el acuerdo institucional que ha llevado a la elaboración de una nueva Constitución.

Allamand también se ha referido a la gestión que el Gobierno ha hecho de la pandemia de coronavirus, que ha considerado “adecuada” si bien ha admitido que en vista de cómo evoluciona todo “nadie puede cantar victoria”.

El Ejecutivo ha mantenido una política de “completa transparencia en materia de datos disponibles”, ha optado por confinamientos localizados y no a nivel nacional y además, gracias al liderazgo de Piñera, ha destacado, “logramos hacer funcionar en red el sistema público y privado de salud” por lo que “estuvimos siempre lejos del colapso y siempre hubo camas de UCI disponibles”.

Igualmente se optó por “una estrategia de alto testeo”, que sitúa a Chile como el país que más pruebas diagnósticas efectúa en la región. Por ello, aunque haya podido haber “errores”, según Allamand, el país está ya en fase de reapertura y el Gobierno confía en que habrá una buena recuperación en el plano económico el próximo año.

Por lo que se refiere a la vacuna, el ministro ha confirmado que el Gobierno espera tener las primeras vacunas disponibles a partir de enero, para lo que trabaja con cinco laboratorios. Allamand ha indicado que se apostará por la vacunación voluntaria, empezando eso sí por los grupos de riesgo como mayores y personal de salud. En todo caso, ha adelantado que él será de los que se vacune “apenas se pueda”.

Por último, respecto a la caída de la popularidad de Piñera, el canciller ha incidido en que todos los gobiernos “pasan por momentos de popularidad esquiva”. “Siempre ha pensado que a los gobiernos hay que calificarlos al final de su ejercicio y no durante”, ha añadido.

En este sentido, ha considerado que cuando termine en marzo de 2022 el mandato de Piñera “se va a apreciar mucho mejor su gestión”, el papel que tuvo en resolver la crisis de 2019 pero también por su “buen manejo de la pandemia y cuando la recuperación económica comience a evidenciarse también se le va a reconocer”.

AgenciaUno/EP